jueves, 25 de febrero de 2010

La voz del Pastor

"Cuando Cristo confesó que él era el Hijo de Dios, lo tomaron por blasfemo y lo sentenciaron a muerte. Y la Iglesia sigue confesando que Cristo es el Señor, que no hay otro Dios. Y cuando los hombres están de rodillas ante otros dioses, les estorba que la Iglesia predique a este único Dios. Por eso choca la Iglesia ante los ídolos del poder, ante los idólatras del dinero, ante los que hacen de la carne un ídolo, ante los que piensan que Dios sale sobrando, que Cristo no hace falta, que se valen de las cosas de la tierra: ídolos. Y la Iglesia tiene el derecho y el deber de derribar todos los ídolos y proclamar que sólo Cristo es el Señor"
(Homilía 19 de junio de 1977, I-II pp. 91-92).

No hay comentarios:

Publicar un comentario