jueves, 22 de julio de 2010

Querido Don Bosco!

Querido Don Bosco:
Bienvenido a esta tierra!
Cuanta alegría despierta tu presencia!… imagino que ya estas enterado de lo que pasa aquí, ya habrás oído que muchos, más bien demasiados, niños y jóvenes se han perdido en la oscuridad del desamparo, del desamor, de la violencia, del miedo… que hay tantos pequeños ahora son ladrones, extorsionistas… y hasta asesinos… que cualquier cantidad de niños ha sido devorado por la falta de esperanza… por el desinterés de una sociedad que no le puede mostrar la luz de Dios… porque no la tiene… hay muchos que parece que ya nacen condenados a vivir una existencia marcada por el dolor, por la miseria, por la amargura y que se ven obligados a replicar una vida sin Dios, porque es la única que han conocido. Viven acechados por depredadores que solamente quieren usarlos para hacer daño a otros, para introducirlos a un mundo violento, oscuro, de desenfreno… robándoles la inocencia y la esperanza… y no distinguen, Don Bosco, están expuestos los muchachos de todos los niveles de la sociedad… los mas pobres son usados como carne de cañón por los delincuentes de alto nivel, y por unas monedas los hacen cometer crímenes horribles, y los que alguna posibilidad económica tienen son vistos como potenciales consumidores de los productos que el crimen vende… nadie se salva…
Cuando pases por nuestras calles vas a ver, con esa habilidad tuya de mirar mas allá del cuerpo, las almas necesitadas de tantos muchachos… vas a ver niños, no muy diferentes a los que te inspiraron allá en tu Valdocco… niños que no han vivido su infancia porque han sido empujados violentamente a una realidad que pertenece a los adultos y que han asumido roles que aun no les corresponden… es lo mismo que hace casi ciento cincuenta años viste en las calles italianas…
Sé que quisieras levantarte de esa urna, mirarlos a los ojos y decirles que ese Jesús amigo tuyo cree que ellos valen la pena… al punto de dar la vida por cada uno… que querés tocar su pelo y decirles que vos si crees que ellos son capaces de hacer grandes cosas… queres abrazarlos y demostrarles tu confianza… como a aquellos presos que te llevaste a pasear al campo una tarde… Ay Don Bosco cuanto te necesitamos! Tu presencia en este momento de nuestro país, no es para nada una casualidad… una vez más estas siendo instrumento de la Providencia para dar ese mensaje claro y tan necesario… estas aquí de la mano de tu Maestra… porque ella sabe cuántas veces le hemos pedido que interceda por nosotros… estas aquí para darnos esperanza, para recordarnos que vos crees que el corazón de cada muchacho es un diamante en bruto al que debe pulirse a base de amor, razón y religión... no te vayas a decepcionar, pero esta sociedad ya no cree en eso… al contrario… reina una desesperanza completa y se ofrecen soluciones ridículas a esta terrible crisis que vive la juventud…
Pero no todo está perdido Don Bosco, habemos  tantos y tantos hombres y mujeres formados en tus casas… los que tuvimos el privilegio de crecer cuidados de cerca por nuestra Maria Auxiliadora… ojala cuando estemos frente a ti, tu presencia nos despierte y nos haga ver la responsabilidad que tenemos con la sociedad y contigo, como buenos cristianos y honrados ciudadanos… el deber de cambiar el entorno y al país… ojala frente a ti podamos recordar como soñar Don Bosco… como soñar despiertos como vos lo hacías…
Conociéndote, se que tu visita no es solo para que nos sintamos bien de verte… es para renovar en cada uno de los que nos llamamos orgullosamente Salesianos el ardor que te movió a dar mucho más que de el último suspiro por tus muchachos!

Gracias por venir Don Bosco!

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